Siempre he estado convencida de que las relaciones interpersonales son demasiado complejas como para poder hacer una novela, una película o una serie sobre ellas.
Sin temor a equivocarme puedo afirmar que todos por lo menos una vez nos hemos sentido identificados o reflejados con algún personaje, famoso o no.
Más de una vez hemos visto películas o series, o leído libros dónde reconocemos situaciones y nos sentimos identificados. Entendemos el dolor, la alegría, la tristeza, el enojo, la incertidumbre o cualquier otra emoción de esos personajes.
Pero la vida real es siempre más compleja. Nunca he entendido esas expresiones tipo “tiene una vida de novela”, “fue un romance de película”. Siempre he entendido que “la realidad supera la fantasía”.
Esa es la razón principal por la cual empecé a escribir la historia de Lord Voldemort, aka Lord V., aka L. Voldemort, aka Lord Valdemiro, aka Valdemiro. Muchas personas me dijeron “es que esa relación es como de película”, “se podría hacer una serie”, “debería de ser un libro”.
La historia escrita de Lord V. ha tenido un poco de fantasía, pero no tanta como para opacar a la realidad. Sin embargo, hace tiempo la deje de escribir, porque es difícil poner en letras muchas cosas, no porque no existan las palabras suficientes, o porque carezca de la pericia para hacerlo.
Simplemente es que la realidad supera la fantasía. La realidad arruina el arte. Es más fácil escribir ficción que realidad, la realidad no siempre es verosímil.
Es difícil hacer que mi lector me crea que Lord V. haya pedido ser el padrino del hijo, que sólo él creía, que yo iba a tener con su amigo, y que luego una vez que me hubiera ido a Medio Oriente con el amigo hubiera recibido llamadas periódicas de Lord V., y que Lord V. más de dos veces haya discutido por Skype con ese amigo sobre cosas relacionadas conmigo, y que luego Lord V. meses después se haya ofrecido a pagarme un boleto a Francia para ir a arreglar un pennding issue que yo había dejado con un hombre mucho menor que yo, y que luego Lord V. después de todo eso me haya pedido tener un hijo con él y que luego finalmente yo lo haya mandado a la mierda con un e-mail mientras él tomaba fotos del velatorio de Hugo Chávez.
Es demasiado real como para ser verosímil.
Son demasiado inverosímiles como para ser reales, todas las cosas que él eligió dejar pasarme y todas las cosas que yo elegí pasarle.
Una vez me dijeron que el mejor final para ese libro que se escribe era que Lord V. aunque yo me empecino en matarlo, en libro, aclaro. Yo creo que ninguna de las dos opciones son el final adecuado para es libro. El final adecuado del libro es la realidad:
Indudable esa historia supera la realidad, pero no sólo es la historia de L. V. sino tu vida entera!!. Hay una y mil historias que tienes que contar y que a primera vista parecen sacadas de una novela. Así que una vez más aplaudo que te hayas tomado el tiempo de escribir y espero que algún día me mandes por correo un borrador de tu primer novela. (perdón por no cerrar mis signos de admiración pero en este mugroso teclado en inglés no encuentro nada jeje).
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coincido con Karina, queremos un libro de tu vida entera… jajaja. y lo que escribes de Lord V. si parece inverosímil, que complicado y tan extraño es esa relación, pero ya no queremos historias de novela rosas, cursis y tontas, queremos historias reales y pues no aspiro a tener un borrador de tu novela, pero si un libro autografiado…. Saludos.
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