Por Alejandra del Palacio
La semana pasada Barack Obama visitó por cuarta vez México. El anuncio de su visita semanas atrás no dejaba en claro a que venía. Es más el objetivo de su visita a México se aclaró, al menos para la prensa, el mismo día que llegó a México después de ofrecer una conferencia de prensa conjunta con Enrique Peña Nieto.
Se supone que vino a tratar temas de economía, migración, seguridad en la frontera y educación (¿?). Para muchos su visita fue positiva, aunque a mi la verdad me sigue llenando de dudas, tal vez la miopía que padezco desde adolescente me impide, incluso en estos casos, ver los que los demás pueden ver con claridad.
Yo la verdad no se qué haya venido a decir, pero sí tengo muy claro que es lo que nos vino a decir en el discurso que leyó ante jóvenes mexicanos en el Museo de Antropología el viernes pasado.
A Obama en Estados Unidos le dicen “Golden tongue” (el lengua de oro) y sí tiene mucha labia, pero con todo y su labia, todo lo deja bastante claro, que nos hayamos distraído por sus citas a Octavio Paz, Amado Nervo, Benito Juárez o incluso al Himno Nacional de México, es otra cosa.
Creo que Obama ve demasiadas telenovelas mexicanas y piensa que así es el México real o la otra opción es que este convencido de que hemos visto tantas taranovelas que nos vamos a tragar su cuento.
Entonces veamos qué es lo que Obama en realidad nos vino a decir:
Algunos estadounidenses solo visualizan a México citado en titulares sensacionalistas de violencia y de gente que cruza la frontera. Es posible que algunos mexicanos piensen que los Estados Unidos no respetan a México, que nosotros tratamos de imponernos a la soberanía mexicana o, por el contrario, que queremos mantenernos al margen de la situación. Y, en ambos países, esas distorsiones pueden fomentar mitos y malentendidos que solo dificultan el hecho de poder progresar juntos.
Y con todo respeto, no es que algunos mexicanos piensen que los Estados Unidos no respetan a México, somos muchos y con conocimiento de causa, y para no clavarme en el asunto, muchos hemos leído y escuchado a políticos estadounidenses referirse a México como el “back yard” (patio trasero), tampoco se nos olvida la existencia y tolerancia de grupos cazamigrantes como los Minuteman. No son distorsiones, ni mitos, ni malentendidos ni leyendas urbanas. Por otro lado, tampoco es una distorsión, ni mito, ni malentendido, ni leyenda la violencia que se vive en México, en la cual, por cierto, el gobierno de su país ha contribuido con creces.
Yo veo a un México que está solidificando su democracia. (…) Partidos políticos que compiten vigorosamente, que transfieren el poder pacíficamente, y forjan el acuerdo del que depende el progreso.
No, en este país estamos muy lejos de consolidar la democracia, mientras los medios de comunicación tengan más poder que la voz del pueblo. Desde el 2000, la transferencia de poderes no se han llevado en paz, que no haya estallado una guerra civil es diferente. Pero parece que a Obama se le olvidó como Felipe Calderón tuvo que entrar por la puerta de atrás para que le pusieran la banda presidencial y como Peña Nieto tomó posesión en medio de protesta repudiándolo. Estos escenarios están muy lejos de una democracia consolidada.
Esta, para mi es la parte que más me indigna de todo lo que nos vinos a decir:
Veo a un México que está creando nueva prosperidad. Que está comerciando con el mundo. Convirtiéndose en una potencia manufacturera, desde Tijuana y Monterrey hasta Guadalajara y a través de las mesetas centrales; un líder global en los automóviles y los electrodomésticos y los productos electrónicos. Pero además un centro de innovación de alta tecnología, que produce el software y los equipos computarizados de nuestra era digital.
Ya sabemos que no es algo nuevo, que siempre Estados Unidos nos ha visto como su mano de obra barata dentro y fuera de su territorio, pero que me venga a decir esto en MI país y en MI Museo de Antropología, no lo acepto, no lo tolero y no se lo perdono.
De hecho, veo a un México que ha sacado a millones de la pobreza. Debido a los sacrificios de otras generaciones, una mayoría de los mexicanos ahora puede considerarse a sí misma de clase media con una calidad de vida con la que sus padres y sus abuelos solo podían soñar.
Obama no sabe que sólo el 33% de las familias mexicanas en México son en realidad de clase media, según un estudio de la UNAM. Tampoco sabe que la mitad de los niños y adolescente en México viven en pobreza, según las Naciones Unidas.
Parece ser que la forma de aspirar a ser clase media en México, según él, es siendo la mano de obra de Estados Unidos.
En resumen Obama nos vino a decir que vamos por buen camino siendo la mano de obra barata de Estados Unidos y que la mejor manera de llegar al sueño dorado de la clase media es siendo los obreros de su país.
Cada quién elige lo que quiere y el camino que quiere tomar, por lo pronto yo no quiero ni estoy dispuesta a ser la mano barata de un país que ha hecho de la guerra un negocio y que tiene en su haber la muerte de millones de inocentes.
Y continúa Obama, apoyando abiertamente las reformas enmarcadas en el fallido Pacto por México, que el gobierno de Peña Nito está empeñado en aprobar. Que por cierto, no son reformas ambiciosas, sino más bien reformas mal hecha y aprobadas al vapor.
Aquí en México, ustedes han emprendido reformas ambiciosas, para hacer que su economía sea más competitiva y que sus instituciones sean más responsables de sus acciones hacia ustedes, el pueblo. A medida que ustedes intentan lograr esas reformas, sepan que tienen el apoyo sólido de los Estados Unidos.
Sobre el tema de las drogas y el tráfico de armas a México no dijo nada nuevo, ya sabemos que está en contra de su legalización, pero tampoco nos vino a decir por qué su gobierno no está atrapando a narcotraficantes gringos. O piensa que nos vamos a creer el cuento de que solo los latino americanos son los traficantes y los gringos los pobre consumidores. O piensa que no nos preguntamos cómo es que esa droga entra a Estados Unidos sin que nadie se de cuenta. O sea, de los temas que realmente nos interesan a los dos país no nos dijo absolutamente nada
Ahora bien, yo no creo que legalizar las drogas es la respuesta; en lugar de ello, creo en un enfoque general, no solo de cumplimiento del orden, sino de educación, prevención y tratamiento.
En los Estados Unidos, nuestra Constitución nos garantizar el derecho individual de portar armas, y como Presidente yo hice un juramento de respetar ese derecho y así lo haré por siempre.
Sobre la migración y frontera nos vino a decir que básicamente es nuestro problema, y ahí es tal vez en lo único que estoy de acuerdo con él. Mientras el gobierno de México sea incapaz de garantizar los derechos humanos de sus ciudadanos y que estos puedan cubrir sus necesidades básicas, seguirán existiendo personas dispuesta a arriesgar su vida para cruzar la frontera, total aquí no tienen nada que perder.
Obviamente, queremos colaborar con el gobierno mexicano en todos los asuntos relacionados con una frontera bien regulada. Pero creo también que la solución a largo plazo al reto de la inmigración ilegal, para que no tengamos que lidiar con esto década tras década, es un México creciente y próspero que cree más empleos y oportunidades aquí mismo.
Después de marearnos con un México rosa, que quién sabe dónde exista, cuenta sus cinco puntos en los que quiere que colaboremos con su país:
1. (…) hagamos más por expandir la industria y el comercio que crean los buenos empleos para nuestra gente. Ya nosotros compramos más de las exportaciones de ustedes que cualquier otro país. Le vendemos más de nuestras exportaciones a México que a Brasil, Rusia, India y China, tomados en conjunto.
Claro, el BRIC, ha diferencia de México ha apostado por la diversificación de sus exportaciones e importaciones para no depender o ser casi esclavos de las demandas de Estados Unidos.
México ha sostenidos a Estados Unidos económicamente y quiere que lo sigamos haciendo No quieren que nos salgamos del camino.
2. (…) no solo nos vendamos más cosas el uno al otro, sino que creemos más cosas juntos.
No solo compremos más a Estados Unidos, también asociémonos con ellos, para depender aún más de ellos
3. (…) a medida que aseguramos nuestro futuro económico, aseguremos nuestro futuro energético, incluyendo la energía limpia que necesitamos para combatir el cambio climático.
Y por si fuera poco también colaboremos con ellos en cuestiones energéticas, lo cual incluye hasta el viento de la Ventosa en Oxaca, sin dejar a un lado al petróleo, claro.
4. (…) hagamos más juntos en la educación de manera que nuestros jóvenes tengan los conocimientos y las habilidades para tener éxito
5. (…) invirtamos realmente en la innovación, las investigaciones y el desarrollo.
¿Ellos quieren invertir en eso aquí? Qué considerados.
Así es que forjemos nuevas alianzas en áreas tales como la aeroespacial, TI, nanotecnología, biotecnología y robótica.
¿Nos quieren como creadores o como mano de obra?
Y Finalmente nos deja muy claro, casi como esposa despechada, que a nadie en este mundo le importamos más que a Estados Unidos, que nadie mejor que ellos nos quieren, nos entienden y quieren el bien para México.
Ustedes son el sueño. Este es el momento de ustedes. Y, a medida que ustedes aspiren al futuro que saben que es posible, siempre tengan en mente que su mayor aliado, la nación que más que cualquier otra celebra el éxito logrado por ustedes, es su vecino más cercano y su mejor amigo, los Estados Unidos de América.
No es nada alentador lo que vino a decir, bueno tampoco es que esperáramos algo diferente. Pero eso sí, la mayoría sabe demasiado sobre las cuestiones técnicas de la Bestia (el coche que usa Obama para transportarse), pero poco sobre lo que realmente nos vino a decir.
Link para el discurso íntegro en español
Link para el discurso íntegro en inglés