Desde hace uno años en los medios y redes sociales no hemos dejado ver escenas de represión brutales en todo el mundo contra aquellos que se atreven a protestar o no estar de acuerdo en algo.
Incluso en el 2011 la revista Time nombró como personaje del año a los manifestantes de todo el mundo: tunecinos, griegos, egipcios, españoles, libios, chilenos, canadienses y hasta gringos, que habían salido a las calles a protestar con diferentes demandas, pero por las mismas razones.
2011 fue el año de las grandes protestas en lo que va de este siglo y apenas va empezando. Desde entonces los griegos y españoles han seguido protestando, junto con los estudiantes chilenos, se les han sumado los sirios, los turcos y ahora brasileños.
Todos han salido a las calles demandando cosas aparentemente sin relación entre un movimiento y otro, pero la razón, el motor que los ha hecho salir a las calles y quedarse ahí ha sido el mismo: Los gobiernos no están dispuestos a escuchar las demandas justas y razonables de sus gobernados. El pueblo no tiene la razón, los gobiernos sí. Esa ha sido la constante en todo el mundo en estos años de grandes protestas.
Los habitantes de este planeta ha salido a demandar el fin de dictaduras, el acceso a la educación, el fin de la acumulación de la riqueza por unos cuantos, otros han pedido que no se corten árboles, otros quieren soluciones reales para acabar con la pobreza que aqueja a su país. También han salido a protestar por los recortes en pensiones, unos no están dispuestos a pagar deudas de Estado en la que los ciudadanos no tuvieron absolutamente nada que ver.
En realidad son demandas y protestas razonables, más que razonables diría yo. Ninguno ha salido a la calle a pedir que nos gobiernen los extraterrestres, no se ha pedido que se construya un resort en la Luna, tampoco nadie ha salido a pedir sueldos millonarios para la clase trabajadora.
¡Vamos! Que pedir educación, sueldo justos, que no le recorten las pensiones, que se vaya un dictador, que no se corten unos árboles, que los ricos paguen impuestos, yo no veo que sean demandas descabelladas o intransigentes.
Sin embargo, todas estas demandas han sido atendidas y tratadas por todos los gobiernos que las han enfrentado con el mismo método: comandos enteros de anti motines y descalificación total de los manifestantes.
Todos han sido calificados por estos gobiernos como grupos minoritarios, de vagos buenos para nada, delincuentes, vándalos, criminales, revoltosos, violentos.
Todos han sido “controlados” con violencia, la violencia de los gobiernos ha primado sobre la voluntad de diálogo y escuchar a sus gobernados.
Todos los presidentes y primer ministros que han enfrentado estas protestas masivas han salido a decir en cadena nacional que ellos vana defender SU país, que en SU país no van a permitir un grupo de revoltosos. Su país suyo de ellos, no de los gobernados, no del pueblo, no de los ciudadanos, su país de los gobernantes.
Durante décadas y hasta la fecha muchos sectores se han burlado de aquellos que hablan de complots, de un orden mundial con un plan conquistador del mundo y cosas por el estilo. Bueno, pues hoy estos gobiernos dicen lo mismo pero al revés todos de han quejado de que en su contra hay un grupo minúsculo de revoltosos empeñados en estabilizar SUS países y hacerles la vida pesada. Ninguno ha sido capaz de denunciar o mencionar los planes y motivos reales de esos vándalos marginales que han surgido en todo el mundo. Únicamente los acusan de eso de vándalos.
Según ellos en Chile, uno de los países con la educación más cara del mundo, es un crimen y es de vándalos que un grupo de jóvenes pida cotas mas asequibles para que los jóvenes puedan estudiar, pero no es un crimen que la educación superior en Chile sea más cara que en Estados Unidos, por ejemplo.
Según ellos es un crimen y es de vándalos pedir que un dictador se vaya, pero no es un crímen que un dictador tenga en la miseria a la mayor parte de SU país.
Según ellos, es un crimen y solo los grupos marginales protestan en contra de que el 1% acumule toda la riqueza de un país y que el 99% los tenga que mantener, pero según ellos, no es un crimen que el 1% de la población de un país se dedique a mamarle el dinero al otro 99% e incluso a ciudadanos que no son de ese país.
Según ellos, solo los revoltosos piden que no se corten árboles para construir el centro comercial de un pariente del primer ministro, pero según ellos no es un crimen ir desapareciendo del país plazas emblemáticas para que su compadre pueda construir un centro comercial.
Según ellos es un crimen protestar, pero según ellos usar la violencia y no el diálogo no es un crimen. Según ellos hacer eso está bien, según ellos es normal y según ellos el mundo no espera de ellos otra cosa.
Y así es como todo los días oíamos hablar de los grupos marginales de revoltosos que han sido reprimidos alrededor del mundo. Pero, no es represión lo que vemos, bueno sí, ni modo que no veamos a todos esos heridos y encarcelados, pero en realidad lo que vemos es la opresión de gobiernos en contra de sus ciudadanos, los mismos ciudadanos que los llevaron al poder.
Hoy los gobiernos no están diciendo que el pueblo no tiene voz ni voto, para nada, que ellos son los únicos en este mundo que saben cómo hacer las cosas y que aparte de todo hacen lo mejor para nosotros. Nosotros, el pueblo, los ciudadanos no tenemos derecho a decir que no, o a decir que estamos en desacuerdo.
Nosotros los ciudadanos, solo tenemos voto, cuando nos convertimos en electores, pero eso sí, voz no tenemos nunca.
Ellos no se han dado cuenta, que al ciudadano ya lo que menos le importa son los árboles, la educación o los salarios, lo que nos importa es que NO nos están escuchando, por eso no dejamos de salir a las calles y no lo vamos a dejar de hacer hasta que nos escuchen. Por eso los estudiantes chilenos tiene más de 3 años saliendo a las calles masivamente con las mismas demandas, a pesar de los cientos de heridos y detenidos. Por eso los turcos siguen saliendo a las calles a pesar de sus más de 1,500 detenidos y cientos de heridos. Porque ya están cansados de estar oprimidos por un grupo de personas que en todos los casos han demostrado ser un grupo de incompetentes, que no conocen otra manera de resolver un problema más que con anti motines, balas de goma, gases lacrimógenos y tanquetas de agua (Hmmm me pregunto si este va a ser el nuevo negocio de la industria de las armas… las guerras ya no son tan buen negocio, tal vez reimprimir a los ciudadanos se vuelva ahora un negocio rentable… especulo, no tengo pruebas)
En México no hemos llegado al punto que España o Turquía han llegado, pero por si las dudas, se han encargado: nuestro gobierno con ayuda de los medios de comunicación, en dejarnos bien claro que protestar es ser igual a criminal, que si te atreves a protestar vas a acabar herido o detenido y si es necesario muerto.
En México tampoco nos hemos dado cuenta de la opresión social, económica, política y hasta cultural que vivimos, seguimos pensando que somos un país de clase medieros, a pesar de que el INEGI y varios estudios nos han dicho lo contrario, seguimos pensando que tenemos “privilegios” cuando en realidad no tenemos nada. Pero va a llegar un día en el que nos demos cuenta de lo realmente jodidos que estamos y vamos a tener que salir a las calles, ellos lo saben, por eso de una vez no están preparando.
El 1 de diciembre de 2012 un grupo de personas salió a protestar por la toma presidencial de Enrique Peña Nieto, hubo detenidos, que los medio y la ciudadania que se cree crítica, pero que en realidad tiene una visión bastante borrosa de la realidad se dedicaron a decir que eran vándalos. Al final todos, menos uno salieron libres, porque efectivamente, como desde el primer momento de las detenciones muchos ciudadanos, colectivos y organizaciones denunciaron, ninguno de ellos había participado en eventos vandálicos reales, porque protestar no es un acto vandálico. E incluso así lo confirmo la CDHDF todas habían sido detenciones arbitrarias.
El 10 de junio de 2013 pasó exactamente lo mismo y fueron tan arbitrarias las detenciones que la SSP en vez de aceptar su responsabilidad se quejó de lo mala leche que es la CDHDF. Seguramente en unas semanas volveremos a ver campañas de esas que dicen que los organismos de derechos humanos solo defienden a los delincuentes. No lo duden ni tantito.
A los “elementos” que falsearon sus declaraciones, a los que hicieron detenciones arbitrarias, a los que golpearon brutalmente sin excusa, ¿Quién los va a castigar? No es acaso un acto vandálico la forma en la que se está conduciendo la policía de la Ciudad de México ¿Cómo se pueden justificar detenciones arbitrarias? ¿Cómo es posible que los medios de comunicación y la opinión pública no se dediquen a pedir castigo a para aquellos servidores públicos que no solo no están haciendo bien su trabajo, sino que aparte están golpeando y acusando a ciudadanos inocentes?
La semana pasada el Tribunal Electoral determinó que la propaganda de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción a favor de Enrique Peña Nieto fue ilegal, lo determinó un año después… ¿ya para qué?
Al menos sirve para que quede claro que los que protestaron desde marzo de 2012 hasta el 1 de diciembre de 2012 en contra de Peña Nieto, lo hicieron con fundamento y con toda la razón.
Ahora la pregunta es, ¿quién va a ir a la cárcel por ese acto ilegal? Porque las ilegalidades son un crimen, es vandalismo, son acciones orquestadas por grupos de verdaderos revoltosos, ¿Quién los va a castigar? ¿quién les va a lanzar gases lacrimógenos? ¿Cuánto tiempo van a pasar en la cárcel? Porque los detenidos del 1 de diciembre, personas inocentes pasaron 3 semanas en la cárcel. Entonces que los verdaderos criminales no pisaran la prisión, eso sí sería un acto criminal.