Yo sé que les debo una entrada sobre el Lago Titicaca, pero antes de que se me olvide quiero escribir sobre la aventura en el Cañón del Colca.
Cuando llegué a Arequipa de Puno, me dediqué a buscar en varias agencias de viajes tours para el Colca. Todas las agencias tienen, incluso desde Puno te venden los tours, pero no se desesperen, en Arequipa pueden encontrar mejores precios.
La mayoría de las agencias te ofrecen tours de uno o dos días a la Cruz del Cóndor, obviamente para ver los cóndores. Si guardas la calma vas a encontrar lugares que te ofrecen tours de más tiempo y con más grados de dificultad.
En los tours de uno o dos días te llevan sentado en una van por todos lados y te bajan para que te tomes la foto del recuerdo, te incluyen algunas comidas y si es de dos días, una noche de hospedaje. Esos tours están entre 75 soles (365 pesos) y 80 soles (368 pesos) soles más la entrada al Parque, esa cuesta 70 soles (322 pesos) para turistas en general; 40 soles (184 pesos) si te pones listo, llevas tu pasaporte y eres latinoamericano (el precio para los latinoamericanos no está en el cartel de entrada, así que insiste a tu guía que te cobren solo 40 soles, a mi en la agencia de viajes me dijeron que esa era la tarifa para los latinoamericanos y no tuve ningún problema) y 20 soles (92 pesos) para los locales.
¡Ojo! Eso de los 40 soles es súper importante saberlo, porque muchas agencias te venden el tour por 140 soles (644 soles), incluida la entrada al Parque. Es precio le conviene a cualquier extranjero excepto a los latinoamericanos ;) Así que si solo van por dos días o un día, compren un tour que no incluya la entrada al Parque y paguen la entrada llegando al Colca. Se van a ahorrar 30 soles (138 pesos), que son una buena comida en un buen restaurante o 3 litros de agua en alguna de las paradas para dormir (Seh, el agua te la venden como oro, y no queda de otra, cargar con 6 litros de agua o más es complicado)
Ahora la cosa es que si ya vas a gastar 70 o 40 soles a entrar al Parque y solo te van a dejar estar de 45 minutos a una hora en la Cruz del Cóndor para ver a los cóndores, vale la pena pensar en un tour de más tiempo. Si no son chilenos, bolivianos o ecuatorianos es muy probable que tengan otra vez oportunidades de ver cóndores, así que siguiendo esa lógica yo busqué un de más días. Finalmente compré uno de 3 días y 2 noches por 140 soles más la entrada. Hay tours hasta de seis días y para todos los grados de dificultad y expertise. El mio fue sencillo, pura caminata y equipo básico: o sea agua, ropa, botas, bloqueador (mucho bloqueador), pero pueden hacer escalada y acampar.
Ahora, sabiendo los costos, de verdad anímense a tomar un tour que incluya caminatas por el Colca, no se van a arrepentir. Cuando yo compré mi tour, en la agencia me dijeron no sólo que pocos mexicanos se aventaban a hacer tours así, sino que en general los latinoamericanos no lo hacen. Aunque quise darles el beneficios de la duda pensé que exageraban un poco.
En mis tres día no vi un solo latinoamericano, más que en la Cruz del Cóndor y el último día, en un restaurante a la hora de la comida, o sea ya fuera del Colca y es una pena gente, es una pena que en general el latinoamericano sea tan apretado (disculpen ustedes la expresión) y tan pendejo para viajar. Cuando pasó la van por mi, éramos 13 personas: canadienses, suizos, alemanes, belgas, franceses, una peruana y yo. Todos iban por 3, 4 y 5 días, menos la peruana (que cabe decir fue la primera y única que conocí que viajaban sola) que iba solo por un día. Y sí, de alguna manera me volví la mexican atraction, porque ninguna de esas 12 personas en sus días en Perú había hecho un trekking con un latinoamericano, mucho menos con una mexicana. En mis 3 días en todo el camino resulté ser la única latinoamericana… y fue una mezcla de sentimientos, porque no hubo quien no se sorprendiera de que fuera mexicana y con una sonrisa me felicitara por estar ahí y al mismo tiempo era el sentimiento de estar en un país latinoamericano y solo hablar español con los locales y los guías, porque los demás con trabajos podían decir “buenos días” bien.
Walter, mi guía tiene 5 años como guía, en ese tiempo solo ha tenido en sus grupos a dos mexicanos: uno hace 3 años y ahora yo, para que se den una idea de cómo está la cosa.
Fue un viaje increíble, no es que sea alguien que se la pase haciendo senderismo (trekking) es más creo que aquí lo he hecho más que en toda mi vida, mucho menos soy apasionada del montañismo y por si fuera poco soy fumadora, fumadora de verdad, una cajetilla diaria y fui capaz de hacerlo y me siento no solo satisfecha por haber bajado y subido el cañón más profundo del mundo, sino también me siento afortunada de haber hecho algo que pocos de este lado del charco se atreven a hacer; porque no es que no puedan, es que no quieren, no se trata de que los europeos tengan súper poderes o que sean los únicos con los recursos económicos para poder hacerlo (ya vieron que no es tan caro) y por eso lo hacen, es que los demás simplemente no quieren hacerlo.
Fue increíble ver los cóndores, fue inolvidable caminar tanto, hasta llegar al río, ver la flora y la fauna local, acantonar para seguir al día siguiente, ver más animalitos, comer la fruta de los árboles en el camino, quitarme la tierra y el sudor del cuerpo con el agua de los riachuelos… jamás se me va olvidar que durante 3 días tuve una familia formada por extraños que jamás había visto y que seguramente nunca volveré a ver, pero que saben más de mi que muchos que tienen décadas de conocerme.
No voy a hablar solo de las maravillas, la verdad es que tengo las rodillas deshechas, peor que en Machupicchu y tengo tres ampollas (una el pulgar derecho en la planta, la otra en el mismo dedo pero a un lado y la otra en el talón izquierdo) la del talón se me reventó caminando el último día y sentía que moría del dolor y no me quedó de otra más que seguir caminando 2 horas más hasta la cima o rentar una mula y elegí seguir caminando, eso de subir en mula me parecía que iba a ser una gran deshonra para la ya no solo representación mexicana, sino latinoamericana. Me ampollé porque el primer día no llevaban los calcetines adecuados. Tengo la rodilla izquierda raspada porque me pegué en el borde de la alberca del lugar en el que dormimos el segundo día y tengo un lindo bronceado en mi cara y mi brazos. Caminé 3 días con los mismos pantalones porque no quería que mi mochila pesara tanto, afortunadamente en mi grupo todos pensamos más o menos igual: Las prioridades eran ropa interior, calcetines, agua y bloqueador, lo demás podía ser usado más de una vez.
Sé que a veces parezco disco rayado, pero, viajen, no tengan miedo y no solo viajen por la foto pal FB, viajen para conocer de verdad, atrévanse a hacer cosas que antes no habían hecho para conocer más.
Si van al Colca les recomiendo que lo hagan con una agencia certificada o un guia certificado (también hay guias independientes), no lo hagan solos, aunque sean bien chingones en la montaña de su pueblo, porque serán muy chingones allá pero en el Colca jamás han puesto un pie. Hay infinidad de historias reales de turistas expertos, que han subido montañas en todo el mundo y después van al Colca se pierden y los encuentran 3 meses después muertos.
El último día salí a las 4:30am con mi guía el resto de mi grupo-familia salió media hora después junto con otro grupo, porque mi falta de expertise más los miles de cigarros que me he fumando cobran factura y tenía que estar en la cima antes de que pegara el sol, si no iba a ser una pesadilla, así que Walter, mi grupo-familia y yo acordamos que yo saldría antes para poder subir con calma. Cerca de las 5:00am del otro lado del cañón Walter vio luces que prendían y apagaban (S.O.S.) y todavía para estar seguro de lo que veía me preguntó si yo también lo veía. Apagamos nuestras linternas y efectivamente seguíamos viendo las luces, les respondimos y cerca de las 7:00a.m. cuando por fin tuvimos señal, pudimos avisar. No sabemos cuantos eran, ni cuanto tiempo tenían ahí. Lo único que sabemos es que estaban en un lugar donde no deberían de estar porque, a decir de Walter, ni siquiera había un camino cerca del lugar en el que estaban, así que por si me quedaban dudas de las historias que me habían contado, ahí me quedó claro que no eran cuentos. Hacer el trekking o montañismo con un guía que conoce el Cañón es lo más seguro que pueden hacer. Va a ser una experiencia increíble, cuando vayan a Perú, no solo piensen en Machupicchu, dedíquenle unos días más a otros lugares, no se van a arrepentir. Por un mes me he dedicado a darle oportunidad a otros lugares y no me he arrepentido. Sí, Machupicchu es una maravilla, pero no es la única maravilla en Perú.