A casi siete meses de haber llegado a Venezuela hay infinidad de cosas que tengo que decir: es un país que me abrió las puertas, que me ha dado oportunidades, es un lugar en el que he aprendido y des-aprendido, he vivido y sobre vivido. Hay muchas cosas que con el paso del tiempo he podido entender, otras las he desentiendo y otras más me parecen misterios sin solución a medida que pasa el tiempo.
He aprendido que aquí se baila por todo, sufren y lloran bailando, por su puesto festejan y disfrutan bailando… hasta el que baila mal, resulta buen bailador comparado con el resto de los torpes mortales que no nacimos bailando.
También he descubierto su adicción a la filas, o colas, como les llaman acá. No hay un solo lugar donde no haya una, no hay una sola cosa que se pueda hacer sin pasar por una fila. No es resultado del desabasto o de la burocracia, simplemente les gusta hacer filas. Hay que hacer filas hasta para cosas innecesarias como salir del supermercado.
He descubierto que es un país de muchas contradicciones (esta parte merece una entrada a parte), pero si me piden que describa mi experiencia aquí sería: difícil. Venezuela es difícil, nada es fácil y todo está rodeado de una negativa. En todos estos días no me he enfrentado a una sola situación en la que desde un principio escuche u obtenga una afirmación o un resultado positivo.
No estoy quejándome, no me gustaría que esto se tomara como un reproche, es simplemente la forma en la que percibo lo que sucede y he llegado a la conclusión de que es simplemente cultural, no es culpa de nadie, no es culpa de un sistema, no es culpa de un gobierno, no es culpa de alguna ideología e incluso no es culpa de la gente, simplemente así es.
Lo que hoy he vivido da un ejemplo perfecto a lo que me refiero con “dificultad” y “negativa”.
Episodio 1 – Ordenando comida
Hoy salí de la casa con mis roomies para almorzar en el mercado peruano (cada domingo en Caracas cerca del Colegio de Ingeniero se pone un mercado peruano, venden comida, música, ingredientes y artesanías típicas de Perú).
Habían 3 bancos vacíos, nosotros éramos tres, los bancos estaban en una mesa en donde pegaba el sol, la mesa que estaba a la sombra estaba vacía y sin bancos… en cualquier parte del mundo tomas los bancos y los mueves. Pues no aquí no. Mover los bancos tuve que hacerse dentro de una pequeña discusión que incluyó el argumento “esa mesa está vacía y no queremos estar en el sol”. Finalmente pudimos mover los bancos.
Cuando uno se sienta a comer en cualquier mercado callejero del mundo, uno le dice al encargado lo que quiero comer, ¿no? Bueno, pues aquí no. A nosotros nos regañaron y nos dijeron “no los podemos atender” díganme ¿en qué país del mundo alguien que ofrece un servicio te dice “no te podemos atender”? Bueno aquí sucede. Así que de nuevo discusión:
-Me quiere vender o no?, porque hay muchos otros puestos a donde podemos ir
-Sí pero no en este momento
-¿En qué momento?
-Cuando atienda a los demás, no te puedo atender primero
-No estoy pidiendo que me atiendas primero, te estoy diciendo lo que queremos para que cuando sea nuestro turno nos sirvas
-Es que si los atiendo antes se van enojar los demás
-No, es que no queremos que nos atiendas primero. Tenemos que tomar turno o cómo es esto?
-Cuando sea tu turno me dices lo que quieres.
-Sí, esto es muy diferente a que me digas que no me puedes atender, te das cuenta?
Después de esperar unos 40 minutos tuvimos nuestra comida, antes de nosotros habían unas 6 personas. (Por esto se hacen las filas, porque no son eficientes en el servicio, no importa a dónde vayas, everywhere, everytime it’s the same)
Episodio 2 – Comprando boletos de bus
Cuando uno está en otro país, lo lógico es que uno agarre su maleta o mochila en cuanto pueda se vaya a conocer algún lugar del país en el que vive ¿no? Bueno aquí eso es solo un sueño, porque todo es difícil y uno acaba desistiendo.
Yo como soy una persona de otro planeta se me ocurrió que con 15 días de anticipación con toda calma y tranquilidad podía planear un viaje… y sí, bueno vengo de otro planeta porque aquí resulta que para ir a la playa todo está reservado hasta marzo de 2015, ajam, estamos en diciembre de 2014 y no hay avión ni hotel hasta marzo de 2015… irreal. No es que quiera ir al hotel exclusivo de 5 habitaciones y atención personalizada, es que tooodos los hoteles están llenos… Estos son los misterios que cada que paso aquí se hacen más misteriosos, ¿cómo es posible que sin haber muchos vuelos locales, se puedan llenar los hoteles? ¿Quiénes los llenan? Porque aquí la gente vive quejándose de que no tiene dinero y no le alcanza para nada y tampoco es que el país esté lleno de turistas, entonces ¿quién llena los hoteles y los vuelos? ¿Quién?
Ok. Los vuelos son complicados porque no hay muchos, la playa es imposible, pero a algún otro lado se podrá ir ¿no? Hablé a una agencia de viajes literalmente diciendo “tengo libres estos días, no me preguntes qué quiero, dime que tienes disponible”… resultó que para esas fechas tenía lugar en un tour al Slato Ángel, bueno no es playa, pero es una maravilla natural que me encantaría ver. Ya sabía que no iba a encontrar vuelo, así que me resigné a hacer un viaje de 12 horas en bus.
Después de comer fui a la terminal a comprar boletos para salir dentro de 10 días, no es que vaya a salir mañana, salgo dentro de 10 días, aclaro. Para empezar la taquilla estaba abandonada, nadie sabía nada, como siempre. Del otro lado de la terminal vi un módulo de información, fui a preguntar habían cuatro personas. Transcribo el diálogo:
– Hola, buenas tardes
– …
– ¿Tú atiendes aquí?
– ¿Qué quieres?
– Quiero un boleto para Ciudad Bolívar
– No hay
– ¿Cómo que no hay? Ni si quiera te he dicho para que día quiero
– …
y se salió del módulo, sin decir nada, así sin más con las otras dos personas.
Le volví a preguntar a la chica que se quedó
-Hay boletos para Ciudad Bolivar
-¿Qué fecha?
-28 o 29
-Los del 28 de vendieron hoy. Mañana vendemos los del 29
-¿A qué hora abren?
-los empezamos a vender a las 6:00am, pero la gente está aquí desde antes.
-Gracias.
Así que básicamente tenía que hacer fila desde las 4am para ver si conseguía un boleto para esa fecha.
Fui a otra terminal, hice una fila de 30 minutos para que finalmente me dijeran que ellos no viajaban a ese destino a pesar de que en su página de Internet y en la marquesina está anunciado el destino.
-Tenemos para Maturin
-Y eso me queda cerca? De ahí puedo moverme a Ciudad Bolívar?
-No sé
-¿Entonces para qué me ofreces ese destino?
-…
Silencio absoluto
Aquí quiero aclarar que por su puesto intenté comprar los boletos por Internet, solo que sucede que ninguno de los portales servía.
En vista de que no podía ir a ningún lado, decidí contratar un chofer para que me llevara… en eso estaba cuando se me ocurrió que podía llegar a cualquier otro lugar más cerca y de ahí ver como llegaba, así descubrí que efectivamente podía llegar a Maturin, o Barcelona (Barcelona de Venezuela no de España), así que voy de regreso por mi boleto a Maturin, habían pasado no más de 10 minutos.
-No, en diciembre no vendemos boletos para Maturin
-Pero hace 10 minutos me lo ofrecieron
-No tenemos.
De regreso al plan del chofer, que por su puesto me iba a costar más de 100 veces más que el bus.
-Bueno, mejor trata de buscar un vuelo
… y así es como no voy a ningún lado… y así es como la propia Venezuela no me dejó ir a ningún lado.
Me cae que pedir una audiencia con el ex sub comandante Marcos es más fácil que llegar a Ciudad Bolívar.
Quiero aclarar que he tomado tap-taps en Haití; he cruzado por tierra la frontera entre Israel con Jordania y Egipto caminando, literalmente; atravesé el Sinaí en taxi compartido; crucé los Andes peruanos en bus, de Ayacucho a Cuzco; de alguna manera llegué al desierto blanco de Egipto, he cruzado la frontera entre El Salvador y Honduras por tierra, he usado caballos, burros y hasta camellos como medio de transporte… y jamás, jamás en la vida me he topado con tantas dificultadas tan absurdas y mínimas para viajar, para sentarme a comer o tomar un taxi…
Episodio 3 – Toma un taxi
En vista de que no iba a ningún lado, pasé al súper: pagar es un problema para todo te preguntan el número de cédula, salir del súper es un problema: tienes que presentar tu ticket, y sí, hay que hacer fila para salir.
Cuando uno sortea todos esos obstáculos el siguiente paso es conseguir un taxi, porque “los taxis de la base no trabajan hoy”
-pues vamos a donde pasen
-a la avenida?
-Si ahí pasan, sí.
Paramos cuatro taxis, ninguno me quería llevar a un lugar que estaba 5 minutos, hasta que finalmente pagando el doble uno me llevó.
… y así… y por eso Venezuela es difícil… no son las condiciones de vida, es simplemente que todo es “no”… tengo que aceptar que en estos siete meses aún no he descubierto cómo comunicarme con ellos, cómo lograr una respuesta positiva a la primera en vez de una negativa… he fracasado, nunca ninguno de los (creo que) 24 países que he visitado me han costado tanto trabajo.
Muy buen post Ale :)
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PUES ,SI REALMENTE ASÍ ES VENEZUELA Y LA VERDAD YO LO VISITÉ EN 1971 ,Y SIGUE IGUAL ,MENOS EL COSTO DE LA GASOLINA ,,,A LO QUE TE PASÓ SE LLAMA «»»VÍA CRUSIS»»» SUERTE EN TU PRÓXIMO VIAJE.SALUDOS.
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Chale con la actitud. Digo, lo que mencionas en la forma en que te atienden, dice mucho de la educación de la gente en sus familias, en sus casas, más que de la situación del país. No niego que está mal el asunto, ni hablar, pero creo que falta mucho simple sentido común. Simple sentido común para atender bien a quien, al consumirte un bien o servicio, te dará un mayor ingreso, ni modo que quiera uno correr a sus clientes. Buen texto, gracias por compartirlo.
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