Entonces, hace unos días yo viajé a Cuenca para buscar inspiración y curarme: mi alma y el punto ese de la cirugía que no cierra desde hace dos meses… yo me fui a Cuenca por hacerle caso (mal hecho) a los comentarios y a todo lo escrito sobre esa grandiosa ciudad ecuatoriana … y como decía en mi post anterior, pues no pasó nada, ni me curé de nada ni me puse a escribir mi novela, ni nada, así que seguí para el Sur y así llegué a Vilcabamba.
Vilcabamba es un valle escondido, a unos 54 kilómetros al sur de la ciudad de Loja. Loja es la provincia y capital más al sur de Ecuador, lo que sigue son pequeños pueblos y asentamientos hasta llegar a Macará, la frontera con Perú, que está a unos 190km de Loja.
Llegué a Vilcabamba, por puro accidente, en realidad yo iba a Loja y de ahí probablemente iba a regresar a Quito, nada más por llegar a la capital más al sur, pero leyendo mi biblia de viajes, me animé a hacer un poco de research sobre Vilcabamba, sobre todo porque a parte de ser famosa por la longevidad de sus habitantes ha atraído a muchos jubilados, gringos, por su puestos, esos güeyes están en todos lados, pero también alemanes y eso fue realmente lo que me hizo venir a ver qué había. Todas las guías que consulté fueron súper claras: no hay mucho que ver en el pueblo, tampoco hay muchos sitios de interés, ni tiene los mejores restaurantes, ni los mejores bares, ni hay zonas arqueológicas… entonces, ¿a qué van los güeros para allá?
Vilcabamba dicen que viene del quechua Vilca, sagrado y bamba, valle, o sea Valle sagrado; otros dicen que vilca es la palabra quechua para el huilco, un árbol con propiedades alucinógenas (que por cierto está en peligro de extinción) y que obviamente era considerado sagrado por los habitantes de la zona, que como sea vilca algo tiene que ver con lo sagrado.
Entonces, resulta que no solo carga con el súper nombre, su agua es rica en zinc y magnesio y la fama de este valle empezó con estudios, porque decían las leyendas que aparte de que sus habitantes eran longevos, las personas con enfermedades cardiovasculares, se curaban después de pasar una temporada aquí… total que la década de 1970, se empezó a poner de moda, el primer famoso en llegar para curarse fue Mario Moreno Cantiflas, dicen que llegó cuando ni restaurante había, solo había un bar, porque oiga, pueblo que se respete en Latinoamérica, tiene que tener bar, si no ni pueblo es ¿qué, no?
Muy bonito, mágico y medicinal todo, el problema es que todo viajero con un mínimo de experiencia sabe que destinos sin atractivos turísticos y sin muchos turistas se puede convertir en una pesadilla si no se encuentra el hospedaje adecuado, porque llegar es lo más fácil del mundo, cada 30 minutos salen buses de la terminal de Loja, así que di con el mejor hostal que puede haber encontrado en mi historia de todos los viajes por el mundo mundial. Consulté dos guías que hablaban sobre el hotel, fui a Trip Advisor y los comentarios eran increíbles y me la jugué, reservé 2 noches: quise hacer la reserva por teléfono, no me dejaron, tenía que llenar el formulario y mandarlo por e-mail y básicamente con eso quedaba la reserva, el formulario no me pedía datos bancarios, me cayeron bien por eso, intercambiamos un par de e-mails y al día siguiente a las 7:00am estaba en la terminal rumbo a Vilcabamba y ni siquiera conocí Loja.
Cuando llegué a la hostería, entendí todo: son cabañas, minis y otras más grandes, con atención de primera (a cargo de extranjeros y bueno no es que crea que sean mejores, pero a mi ya me quedó claro que lo de los ecuatorianos no es la atención al cliente y menos al turista) y lo mejor de todo es la vista: cuando me llevaron a mi habitación literalmente me quedé con la boca abierta por la vista. Todos se quedan por la vista, sí, sí, el agua milagrosa con zinc y magnesio y la fuente de la eterna juventud y lo que quieran, pero se quedan por las vistas y claro, porque está a menos de 40km de una población más o menos grande, así que no están aislados.
Vilcabamba está tan de moda que en la plaza del pueblo, en sus cuatros caras, al sur toda esa cara la ocupa la iglesia del pueblo, en la cara oeste hay dos restaurantes y una agencia de bienes raíces, en la cara norte hay un restaurante y dos agencias de bienes raíces, y por si fuera poco la oficina de información turística solo da información de bienes raíces, y la cara este tiene un mini market que se llama «El longevo», dos agencias de bienes raíces y un restaurante de comida «mexicana» que te vende 2 quesadillas a 6usd y cochinita pibili que es «carne de chancho con una salsa de axiote y chile guajillo» (JAJA!)… así que vayan ustedes a saber de qué vivía este pueblo en 1970, pero hoy viven de la compra, venta y alquiler de casas y terrenos y es un buen negocio, porque las agencias de bienes raíces no solo están en esa plaza, están cada dos pasos por todos lados… si fui a preguntar lo precios, son impagables, al menos para mi, que soy una pobre mexicana con pesos y no una alemana jubilada, ¿no?… Me encantaría vivir aquí, pero pus ya llegué demasiado tarde… Lo más que pude hacer fue pagar una noche más y en vez de quedarme dos, quedarme tres jajaja.
Así que me pasé cuatro días haciendo trekking (ignorando las indicaciones del cirujano, alegremente), pero me encontré rutas sin muchas subidas, y aún así con vistas espectaculares y el resto del tiempo lo viví leyendo, caminando, tomando agua directa del manantial, meciéndome en la hamaca, viendo al cielo y escuchando a mis montañas.
Aquí encontré la magia que buscaba, aquí en dos días cerró el punto que en 2 meses y ni con los apósitos de plata había cerrado, aquí me llegó la claridad para muchas cosas, no escribí una novela, porque necesito más de 4 días para eso, pero me encantaría hacerlo aquí… por fin encontré la magia en Ecuador, sé que me falta mucho por conocer, pero estoy segura que no voy a encontrar un lugar que lo supere…
Para los que tienen curiosidad por el hotel, se llama Izhcayluma (ajá todavía ni lo puedo pronunciar, ni sé que significa ups!) tiene habitaciones desde 20usd hasta 80usd (cabaña para 4 personas), tiene WiFi, alberca, billar, un restaurante con vistas incríbles, igual las habitaciones todas tiene vista y también incluye las clases de yoga que son todos los días en diferentes horarios a partir las 8:00am y por unos dolarucos extras tiene masajes y hasta reiki. También tiene shutle de Cuenca hasta el hostal (1:30pm) y del hostal a Cuenca (8:00am) todos los días por 15 usd. No tiene TV, pero no necesitan eso.
Con esta experiencia, de verdad si no conocen Vilcabamba no conocen Ecuador, de verdad tómense dos días para bajar, no se van a arrepentir, yo es de los pocos lugares a los que regresaría.