Hay muchas cosas que decir y preguntas que responder sobre la #CaravanaMigrante, pero antes de volvernos expertos en migración hondureña hay varias cosas que valdría la pena saber y tomar en cuenta.
La primera pregunta debería de ser ¿Qué está pasando en Honduras que de repente 4,500 hondureños salen de golpe, huyen de ahí así en masa?
Yo entiendo que en el lado mexicano, nos preocupamos por las cosas prácticas: ¿dónde van a dormir? ¿quién le va a dar de comer? ¿quién les va a dar atención médica? ¿si USA no los deja pasar se van a quedar en México y si nosotros no podemos con nosotros como le vamos a hacer ahora con ellos, quién les va a dar trabajo? Y entonces entramos en pánico, nos da miedo y ya no pensamos en lo importante.
En Honduras hay una crisis humanitaria que no surgió ayer cuando aparecieron 4,500 hondureños queriendo entrar a México para llegar a EUA. Hay una crisis que tiene 9 años y que es producto de la crisis política que el país enfrenta desde el Golpe de Estado de 2009 contra el presidente Manuel Zelaya.
Desde entonces, Honduras ha estado gobernado por los autores de ese golpe, desde ese entonces los hondureños no han tenido elecciones democráticas y sobre todo, desde entonces están sumergido en una crisis de diferentes niveles que al parecer a la comunidad internacional poco le importa.
Después del Golpe de Estado de 2009, Honduras celebró elecciones presidenciales ilegales, convocadas por un gobierno de facto y desde entonces el Partido Nacional en contubernio con los gobiernos de Estados Unidos, que han pasado durante todos estos años (Obama y Trump), se han mantenido en el poder.
Hace poco menos de un año, Honduras tuvo elecciones, en las que ilegalmente y por medio de un fraude electoral Juan Orlando Hernández (uno de los grande actores del Golpe de Estado) fue reelecto, a pesar de que la Constitución hondureña prohibe la reelección presidencial.
Pero, esas elecciones no tuvieron solo el tema de la reelección ilegal de JOH, ese proceso electoral, a decir de la OEA estuvo lleno de irregularidades y deficiencias, baja calidad técnica y fue carente de integridad, por lo que recomendó repetir esas elecciones. La misión de observación de la Unión Europea decidió no ver lo que la OEA sí vio, tampoco los países miembros de la OEA quisieron ver.
El 22 de diciembre de 2017, el gobierno de Donald Trump reconoce el triunfo ilegítimo el ilegal de JOH, un día antes casualmente, el gobierno de Juan Orlando, se había unido a la cruzada de Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Por cierto, los únicos países latinoamericanos que se unieron a ese reconocimiento fueron Guatemala y Honduras.
Y hoy Trump exige que JOH resuelva el problema, siendo él el que hace casi un año le dio legitimidad a ese gobierno.
¿Y todo esto qué tiene que ver con los migrantes hondureños?
Tiene todo que ver, porque esta serie de eventos, junto con otros, han llevado a la crisis humanitaria que hoy Honduras vive.
Honduras es uno de los países más pobres de Latinoamérica, según la CEPAL, pobreza que desde el Golpe de Estado ha aumentado. Según los datos del Banco Mundial, desde el Golpe de Estado los niveles de pobreza han aumentado.

Fuente: Banco Mundial
Honduras también es país de Latinoamérica con uno de los índices más alto de violencia. Hasta 2016, San Pedro Sula fue la ciudad más peligrosa del mundo. Sí, del mundo. Más que cualquier ciudad de un país en guerra con casi 4 mil homicidios por cada 100 mil habitantes (los 4 mil que hoy están huyendo). La tasa de asesinato de menores en el país es de 570 por cada 100 mil habitantes.
Según el reporte de Human Right Watch de 2017, “el uso de la fuerza letal por miembros de la Policía Nacional constituye un problema crónico”. También son habituales las amenazas, ataques y asesinatos de periodistas, abogados y defensores de derechos humanos. El reporte de Amnistía Internacional coincide.
Esto es de lo que estos 4,500 hondureños están huyendo y estas son también las razones por las cuales no pueden regresar a su país y estas también deberían de ser algunas de las razones para que se pida la renuncia de Juan Orlando Hernández.
Sí, aparentemente no somos responsables ni tampoco es nuestra culpa lo que sucede en Honduras, pero sí somos responsables de dejar que nuestros gobiernos (el de Calderón y EPN) hayan sido indolentes ante lo que Honduras ha vivido desde hace 9 años.
Y aunque como individuos no podemos hacer nada para resolver el problema, sí podemos entender esto con un poco más de humanidad. Honduras está viviendo lo que Siria está viviendo, solo que sin las bombas de ISIS, de Rusia, o de EUA, pero los resultados son los mismos. Esa gente no puede quedarse en su país y no tiene a donde ir.
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