Por Alejandra del Palacio

En los últimos días los maestros “flojos” y “revoltosos” han sido de nuevo el tema favorito de muchos medios de comunicación. En esta ocasión están en la mira lo maestros de Guerrero que aparte de haber hecho marchas en la Ciudad de México, se les ocurrió hacer algo realmente inconsciente e intolerable, según la opinión publica: bloquear la Autopista del Sol, sí esa que lleva a Acapulco, sí esa que siempre están arreglando.

Acapulco es un destino turístico de fama nacional e internacional, la cual en los últimos años recae en la aparición de descabezados, tiroteos, clonación masiva de tarjetas, vilación a extranjeras y sobre el cual España ha hecho a sus ciudadanos una recomendación de no visitar, porque el gobierno mexicano es incapaz de garantizar su seguridad… en fin ya me estoy saliendo del tema, yo quiero hablar de los maestros de Guerrero no de los problemas en Acapulco.

“¡Malditos revoltosos, flojos, inconscientes! ¡Pónganse a dar clases en vez de estar protestando!”, vociferan los medios de comunicación, el gobierno de México a todos sus niveles y los ciudadanos manipulados, como si los maestros pensaran que es más cómodo bloquear una carretera bajo el sol ardiente de Guerrero que estar cómodamente en la aulas dignas que el gobierno garantiza a los alumnos y maestros (Sí, es sarcasmo).

En México tenemos décadas de criminalización a la protesta se le exige y se le demanda al trabajador excelencia, calidad, vocación y responsabilidad, pero nadie le exige al gobierno que garantice nuestras garantías individuales, como el derecho a la educación digna, a la salud digna, al trabajo digno, entre otros.

Nos han hecho creer que esos derechos no son derechos sino beneficios, o políticas populistas, no han hecho creer que tenemos que chingarle, para poder tener acceso a una educación de calidad, a un trato digno en los servicios de salud y que si no nos alcanza la quincena es porque somos flojos y entonces debemos trabajar más, como si no trabajáramos, como si la mayoría de los asalariados y no asalariados no cumplieran jornadas de trabajo de más de 8 horas darías.

Estamos tan acostumbrados al maltrato social por parte de nuestros gobiernos, que ya ni siquiera somos capaces de darnos cuenta de la violencia que ejercen en nuestra contra.

Consideramos violencia que un grupo de maestros inconformes cierren una autopista, pero no nos parece violento que existan escuelas como la de la foto, que un maestro o cualquier profesionista gane 3 mil pesos mensuales. No nos parece violento que se pisoteen nuestras garantías individuales, nuestros Derechos Humanos.

El derecho a la educación, salud y trabajo digno no es algo que nos tengamos que ganar, son Derechos Humanos, son derechos incluidos en la Carta de Las Naciones Unidas, son derechos que todo país miembro de la ONU le tiene que garantizar a sus ciudadanos, sin importar si son maestros, empresarios, niños, estudiantes o lo que sean.

En el caso especifico de los maestros en Guerrero, la sociedad les está exigiendo calidad y excelencia, pero yo les hago una pregunta, ¿ustedes creen que el gobierno tiene alguna autoridad moral para exigir eso a los maestros, cuando no es capaz de asegurarles un salario digno y una escuela digna en dónde trabajar?

Es verdad que el ser maestro es una de las profesiones que más vocación requiere, pero tener vocación en México no es suficiente para cubrir las necesidades básicas o ¿qué, piensan que el maestro puede pagar la renta, su comida y su ropa con vocación? ¿En qué lugar de este planeta uno puede comprar un kilo de frijoles con vocación? ¿El gobierno acepta como pago de la cuenta de luz la vocación? No ¿verdad? Entonces no nos pongamos a repetir como merolicos lo que nos dicen los medios. Pongamos a funcionar un poquito nuestros cerebros.

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El gobierno de México en complicidad con los medios de comunicación nos han hecho creer que el problema con los maestros de Guerrero es que ellos no quieren ser evaluados. ¡Eso es mentira!

Las demandas del los maestros son:

-Educación gratuita y escuela pública con una inversión no menor al 8% del PIB.

-Centros de Evaluación Autónomos que contemplen las necesidades de cada una de las siete regiones de Guerrero.

-Garantizar plazas a los normalistas que SI pasaron el examen de oposición.

-Respeto a sus derechos laborales

-Democratización del SNTE.

Señores, las demandas de los maestros son justas y es lo mismo que todos queremos: garantías para que en México exista una educación de calidad.

México es parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) junto con Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, China, Corea del Sur, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos de América, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Indonesia, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Japón, Luxemburgo, México, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, República Eslovaca, Rusia, Sudáfrica, Suecia, Suiza y Turquía.

La OCDE es un organismo internacional y es quién hace la famosa evaluación “Pisa”. Según el último reporte del OECDE sobre educación, México es el país que menos invierte en este rubro, por ejemplo, México invierte 2,111 dólares por cada estudiante de primaria, mientras que el promedio de los otros países es de 6,741 dólares. En secundaría el monto es de 2,236 contra 8,267. A nivel bachillerato es de 6,971 contra 12,907.

La OCDE en repetidas ocasiones le ha recomendado a México hacer una reforma educativa en la cual invierta más en educación. Sito un párrafo del Acuerdo de cooperación México-OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas:

“Los desafíos estructurales permanecen: falta de capacidad, distribución poco clara de responsabilidades a través del sistema descentralizado, y las condiciones estructurales y procesos no facilitan que las escuelas estén en el centro de las políticas educativas. Las escuelas operan con escasos recursos que necesitan estar mejor distribuidos entre ellas. Esto requiere una mayor capacidad y la creación de estructuras institucionalizadas que garanticen el diálogo y la construcción de consenso.”

En ninguna parte habla de evaluar a los maestros, habla de dar más recursos a las escuelas, habla de facilitar el diálogo y llegar a consensos. Puntos que no se lograron con la nueva reforma educativa.

Ni se le esta destinando más recursos a la educación, como piden los maestros de Guerrero y como dice la OCDE, ni se facilitó el diálogo, ni se llegó a un consenso. Tan no hay consenso que los maestros están protestando.

No es que los maestros no quieran ser evaluados, es que evaluar al maestro no es la solución para el rezago educacional en México. Pueden evaluarlos, sí, pero entonces que la reforma también incluya los puntos ralamente necesarios a resolver. Está bien que le exijan calidad al maestro, pero por lo menos que el gobierno destine más dinero a la educación.

No es que los maestros o los que los apoyamos no queramos que México avance, al contrario, todos queremos un México educado, no queremos un país de ignorantes. Todos estamos conscientes que teniendo un pueblo educado se van a resolver todos los problemas que tenemos como país, pero con reformas educativas que promueven el uso de computadoras en lugares dónde ni luz hay, no se va a lograr nada.

No queremos una reforma educativa que de cómo resultado técnicos y mano de obra barata, queremos una reforma educativa que de científicos, artistas, académicos, expertos.

Yo no quiero que mis hijos (el día que tenga) no solo sepan leer, escribir, sumar y restar, quiero que aparte de saber también exploren el arte, las ciencias, la filosofía, la literatura, los deportes y esta reforma no garantiza eso.

Esta reforma educativa no aclara cómo van a terminar con la desigualdad y el rezago educativo de 32 millones de mexicanos (que es lo que se supone que la OCDE le dijo a México que tiene que resolver). Esta es una reforma laboral que más bien atenta directamente contra el derecho (que todos los mexicanos tenemos, no privilegio) a tener un trabajo fijo.

Ni los maestros de Guerrero ni yo no estamos inventando nada, un organismo internacional es quien lo está diciendo.

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Es verdad, se afectó directamente a miles de ciudadanos que querían ir a Acapulco, a la industria turística y los comercio. Desconozco el número total de afectado, me imagino que serán cientos de miles, tal vez millones. Sin embargo, que el gobierno no garantice de verdad una educación de calidad y digna afecta directamente no a cientos de miles, sino a los 120 millones de mexicanos que vivimos en este país y como vivimos en un mundo globalizado, pues indirectamente también afecta a todo el mundo.

Es de una indolencia enorme, cinismo e irresponsabilidad total que nuestro gobierno y los medios de comunicación pongan por encima el derecho de ir a vacacionar a Acapulco por encima del Derecho Humano a la educación, garantizado en nuestra Constitución y en la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU.

Es preocupante que a la opinión pública le preocupe más Acapulco que la educación de sus hijos.

Es preocupante que se satanicen las justas demandas de los maestros, que al final son las mismas que la nuestras.

Es preocupante que pocos les estén exigiendo al gobierno de México que resuelva la violencia producto del narcotráfico y el crimen organizado en Acapulco y que en cambio muchos aplaudan el desalojo violento perpetuado por el gobierno federal en contra de un grupo de maestros pidiendo resolver los puntos nodales de la educación en México.

Es preocupante que los mexicanos apoyen y demanden que los maestros sean evaluados, pero no hagan los mismo con todos aquellos que ocupan cargos de representación, es decir todos aquellos que tienen un cargo gracias a su voto. Si en la lógica de los mexicanos el problema de la educación recae en los maestros, entonces ¿por qué no en su lógica los problemas del país caen en las autoridades y empiezan a exigir y a vociferar que se apruebe una ley de revocación?

Tengo dos días leyendo y escuchando argumentos tipo: “en cualquier trabajo si no tienes la capacidad para desarrollarlo te corren, y los maestros no deberían de ser la excepción”. Estoy de acuerdo: quien no sea apto para un trabajo que lo corran, incluyendo a senadores, diputados, secretarios, gobernantes, presidentes municipales y al propio presidente.